Nuestro último elemento de Anatomía Intersticial tiene una historia especial. Los siguientes conceptos fueron los primeros en organizarse como un conjunto completo. Son la base de la Conciliatórica, creada mucho antes de que este proyecto tuviera nombre. Al sintetizarse este elemento, el resto de los conceptos comenzaron a tomar forma. Es lo que ahora llamamos el aspecto de Operación de la anatomía intersticial, antes llamado Brújula.
Este nombre proviene de la forma del diagrama que representa estos conceptos, pero también de su utilidad. La brújula CIE facilita nuestro vuelo en los vientos sistémicos y asigna una dirección cardinal a cada modo de operación.
Presentemos el diagrama y analicemos sus componentes.
Los niveles fundamentales son el Eje de Identidad horizontal y el Eje de Participación vertical. Nuestra identidad es elástica; puede parecernos sólida en un momento dado, pero se desarrolló por la influencia de nuestras experiencias. La fronterización de la identidad define nuestro sentido de individuación, mientras que la permeabilidad de la identidad nos permite adaptarnos al flujo del mundo.
Solemos asociar la noción de participación con la vinculación activa. Pero para involucrarnos adecuadamente, primero debemos ser receptivos a nuestro entorno. La proceptividad y la receptividad se complementan para calibrar nuestra participación en un sistema complejo. En muchos contextos, estas cualidades se describen como masculino y femenino. Si bien este marco es válido, disfrutamos mucho del esquema de participación proceptiva y receptiva; fomenta un tono neutral y permite un mayor desarrollo conceptual.
Ahora tenemos un conjunto de cuatro puntos cardinales simples:
- Norte: Proceptividad
- Sur: Receptividad
- Este: Fronterización
- Oeste: Permeabilidad
A partir de estos puntos cardinales, podemos ampliar nuestra brújula para abarcar operaciones sistémicas más complejas. Al combinar fronterización y proceptividad, obtenemos el hemisferio individual. La individualidad se vincula con una entidad definida que se manifiesta intencionalmente en el mundo. Esto contrasta con el hemisferio comunitario, que implica ser permeable y receptivo. Por lo tanto, nuestro aspecto de participación comunitaria se ubica en la dirección suroeste.
La orientación se agudiza a medida que nos sintonizamos más con las influencias del entorno, a la vez que refinamos nuestras intenciones. Por lo tanto, este hemisferio se ubica en el sureste. Pero a pesar de estar correctamente orientados, necesitamos finalmente adentrarnos en el mundo siendo proceptivos en nuestra navegación y permeables a lo inesperado. Con este último hemisferio ubicado en dirección noroeste, completamos nuestra brújula operativa.
El diagrama operativo es mucho más sencillo que el anterior. Por lo tanto, no solo compartiremos una versión simbólica, sino que animamos al lector a que la explore. Las iniciales de los puntos cardinales (N, S, E y O) se integran a la perfección con nuestros símbolos de brújula (Pr, Re, Fr y Pe). Con el tiempo, se integrarán y facilitarán su asimilación.
| ÁREA DE OPERACIÓN | INTERACCIÓN |
|---|---|
| Eje Horizontal | Identidad = Permeabilidad ^ Fronterización |
| Eje Vertical | Participación = Proceptividad ^ Receptividad |
| Hemisferio Noreste | Individuo = Proceptividad ^ Fronterización |
| Hemisferio Suroeste | Comunidad = Receptividad ^ Permeabilidad |
| Hemisferio Sureste | Orientación = Receptividad ^ Fronterización |
| Hemisferio Noroeste | Navegación = Proceptividad ^ Permeabilidad |
Con esto concluimos el último componente de anatomía intersticial. Recomendamos revisar la Parte 2 de este proyecto antes de pasar a la siguiente sección.
Como es arriba, es abajo.
Esperamos que estas estructuras conceptuales les hayan resultado útiles hasta ahora. Pero ahora nuestro marco necesita cobrar vida. Como sabemos, la anatomía de un sistema biológico puede ser interesante, pero es su fisiología la que despierta mayor asombro.
🔖 Fin de la Parte 3 🔖