A pesar de nuestro deseo de funcionalidad o perdurabilidad continua, ningún sistema puede mantener su estado óptimo indefinidamente. El declive deteriora incluso un sistema sano, y eventualmente conduce a un estado final.
Para sistemas orgánicos:
- Estado sano: Perdurable (mantiene su existencia en el tiempo)
- Declive intermedio: Enfermedad fisiológica (disminución de la perdurabilidad)
- Estado final: Sistema muerto (pérdida de perdurabilidad)
Para sistemas instrumentales:
- Estado sano: Funcional (cumple su propósito previsto)
- Declive intermedio: Rotura fisiológica (disminución de la funcionalidad)
- Estado final: Sistema destruido (pérdida de funcionalidad)
Para sistemas mixtos:
- Estado sano: Conciliación (mantiene el equilibrio anhelado)
- Declive intermedio: Crisis fisiológica (disminución de la conciliación)
- Estado final: Sistema disuelto (pérdida de la conciliación)
Este proceso de declive adopta diversas formas según el sistema. Para los sistemas orgánicos e instrumentales, el ciclo de salud a final es relativamente sencillo. Sin embargo, los sistemas mixtos son especialmente vulnerables al declive de status, lo que dificulta alcanzar estados de salud plena, e incluso más difícil de preservar. Sin embargo, solo los sistemas mixtos conservan una vía para trascender su propio estado final; un potencial inaccesible para los sistemas puramente orgánicos o instrumentales.
Exploraremos este camino de conciliación en nuestro último capítulo teórico.
🔖 Fin de la Parte 4 🔖